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Mapa de los Argonautas

Mapa del viaje de los Argonautas.

Los Argonautas eran los héroes tripulantes del Argo comandados por Jasón. Navegaron desde Págasas hasta la Cólquida en busca del Vellocino de oro.

Etimología[]

La palabra Argonauta proviene de las palabras griegas Argó (nombre de la nave) y naútēs" (marinero). El nombre del Barco se le puso en honor a su constructor Argos.

Mito[]

Prólogo del viaje[]

Pelias destronó por la fuerza a su hermanastro Esón en Yolco. Un oráculo le había advertido a Pelias que un día un hombre calzando una sola sandalia llegaría a Yolco a reclamar el trono. Fue así como predijo el oráculo que llegó Jasón, hijo de Esón, hasta Yolco.

Pelias urdió un plan para deshacerse del joven: Accedió a entregarle el trono con la condición previa de que realizase la hazaña de traer de la Cólquide el espíritu de Frixo y el vellocino de oro. Esta misión había sido ideada con la pretensión de que Jasón muriera durante su desarrollo.

Jasón consultó el oráculo, que le animó a que realizara la misión y de hiciera con un barco.​ Así pues, tuvo que ser construida una nave a la que se llamó Argo, en honor de su constructor Argos.La nave fue construida bajo la dirección de Atenea, con madera de los bosques del monte Pelión, en Tesalia. Tenía cincuenta remos. La proa del barco, construida con madera de Dodona, tenía el don del habla y de la profecía.

Tripulantes[]

Jasón envió heraldos por toda la Hélade para anunciar la realización de la futura expedición​ y llegaron numerosos héroes que deseaban formar parte de la misma, que por el nombre de la nave recibieron el nombre de «Argonautas». Ellos eran:

  • Acasto de Yolco. También participó en la caza del Jabalí de Calidón.
  • Admeto de Feras. También participó en la caza del Jabalí de Calidón.
  • Anceo de Samos, hijo de Poseidón.
  • Ascálafo y Yálmeno de Orcómeno, gemelos hijos de Ares.
  • Butes de Cecropia.
  • Canto de Eubea, nieto de Abante.
  • Cástor y Pólux, gemelos Espartanos.
  • Ergino de Orcómeno, hijo de los reyes.
  • Heracles de Tebas. Famoso héroe destacado por sus 12 trabajos.
  • Hilas de Driópide, quien fue llevado por Heracles.
  • Idmón de Argos, hijo de Apolo.
  • Jasón, el jefe de la expedición.
  • Meleagro de Calidón. También participó en la caza del Jabalí de Calidón.
  • Orfeo, quien marcaba el ritmo de los remeros.
  • Peante de Melibea, audaz arquero.
  • Polifemo de Larisa.
  • Telamón de Salamina.
  • Tifis de Sifas, el timonel de la nave.
  • Zetes y Calais, semidioses alados hijos de Bóreas.
  • etc.

Atalanta se quiso embarcar en la expedición del Argos, pero Jasón rechazó su ofrecimiento puesto que temía que se desatasen riñas entre el resto de la tripulación por tratar de obtener su amor.

El Viaje[]

Antes de zarpar, los Argonautas habían aclamado a Heracles para que se convirtiera en su jefe pero este rehusó y propuso que la dirección fuera otorgada a Jasón, obviamente. Tras realizar sacrificios a Apolo, la nave, pilotada por Tifis, zarpó desde el puerto de Págasas.

Tras una ruta en la que pasaron cerca del cabo Sepíade, de la isla de Escíatos, de las ciudades de Melibea y Eurímenas y del cabo Canastro, la expedición llegó a la isla de Lemnos sólo habitada por mujeres, que habían dado muerte a todos los hombres de la isla como venganza porque estos habían contraído matrimonio con mujeres de Tracia porque las de Lemnos habían empezado a tener mal olor. Este mal olor había sido provocado por la diosa Afrodita como castigo porque las mujeres de allí habían suprimido su culto.

Los Argonautas fueron bien recibidos en la isla, establecieron lazos amorosos con las lemnias, cuya máxima autoridad era la reina Hipsípila y permanecieron en la isla durante un largo tiempo. En los juegos de lemnios, Ergino ganó el premio de la carrera, pese a las burlas que le hacían las mujeres de la isla por tener los cabellos totalmente blancos aun siendo joven. De los argonautas y las lemnias surgieron los minias. Heracles, que no había desembarcado, les instó a reembarcar y continuar el viaje.

Por indicación de Orfeo, llegaron a la isla de Electra (Samotracia), donde se iniciaron en los ritos mistéricos que se celebraban en ella. Desde allí una tempestad los trasladó a Sigeo, junto a Troya, donde Heracles mató al monstruo marino enviado por Poseidón y que se disponía a devorar a Hesíone.

Luego, navegaron hasta el país de los doliones, donde reinaba Cícico, que los recibió hospitalariamente. Algunos argonautas subieron hacia la cima del monte Díndimo para ver cuánto mar les quedaba por cruzar, otros junto con Heracles se quedaron abajo. Los demás argonautas decidieron cambiar de puerto, momento en el cual fueron sorprendidos por los Terrígenos, raza de gigantes de 6 brazos. Heracles y los demás hombres se dispusieron a luchar contra los gigantes, que lanzaban piedras al puerto para evitar el arribo. Los que habían subido al monte Díndimo se les unieron a Heracles para vencer a los Terrígenos a flechazos y a pedradas. El muelle fue reconstruido y así pudo arribar el barco. Durante la noche, partieron de nuevo en el Argo pero fueron sorprendidos por una tempestad que los obligó a regresar en la noche. Creyendo que se trataba de enemigos, los doliones atacaron a los Argonautas, que se defendieron con las armas y produjeron la muerte de su rey. Cuando se reconocieron, cesó la lucha, lamentaron lo ocurrido y rindieron honores funerarios a Cícico.

Náyades

Hilas siendo secuestrado por las ninfas.

Después navegaron hasta Misia, donde Hilas, que había sido enviado a buscar agua, fue raptado, a instancias de Hera, por las náyades de la fuente Pegea. Ayudado por Polifemo, que había oído el grito del muchacho al desaparecer, Heracles buscó a Hilas durante mucho tiempo. El Argo partió sin ellos, por lo que no participaron en el resto del viaje. Nunca hallaron a Hilas porque había recibido la inmortalidad de las ninfas acuáticas y permaneció con ellas. Tifis quiso aprovechar unas ráfagas de viento para partir.

Telamón echó en cara a Tifis que hubieran dejado atrás a Heracles, pero Zetes y Calais defendieron al piloto de la nave y cuando, poco después, emergió del mar el dios marino Glauco, para gritarles que el destino de Heracles, Hilas y Polifemo no era llegar hasta la Cólquide sino que los dioses les habían reservado otros destinos diferentes, Telamón cedió en su cólera.

Luego llegaron al país de los bébrices, donde su rey Ámico obligaba a los forasteros a pelear contra él en un combate de boxeo, en donde les daba muerte. Así que lanzó el mismo desafío a los Argonautas, pero Pólux, el escogido para combatir contra él, fue en esta ocasión el vencedor y lo mató. A continuación se entabló una lucha entre los bébrices y los Argonautas en la que murieron muchos de los primeros.

Espantando a las Harpías

Los bóreadas persiguiendo a las harpías.

Llegaron luego a un lugar de Tracia donde vivía en soledad Fineas, que era adivino y estaba ciego. Además, estaba sometido al suplicio de que las Harpías le acosaban y le impedían comer. Como los Argonautas querían saber el futuro de su viaje, Fineas les pidió que antes lo liberasen de las Harpías, por lo que Zetes y Calais, que tenían alas, salieron en persecución de estas. Las persiguieron por el aire hasta que cayeron extenuadas, pero no las mataron por suplicárselo Iris que prometió que no molestarían más a Fineas.

Fineas, agradecido, indicó a los Argonautas que tendrían que atravesar un paso entre las rocas Simplégades, también conocidas como Ciáneas, las cuales eran unas enormes rocas que no permanecían fijas sino que cada cierto tiempo entrechocaban entre sí. Les dijo que soltaran una paloma y si el ave pasaba y quedaba a salvo, ellos también podrían pasar pero que no lo hicieran en caso de que el ave muriera. Los Argonautas siguieron estas instrucciones y aunque la paloma perdió algunas plumas de la cola, pudo ponerse a salvo. A continuación, los Argonautas, remando con todas sus fuerzas, pudieron también atravesar el paso, aunque las rocas se cerraron y causaron la pérdida de algunos adornos de la nave que estaban situados en la popa. El Argo fue el único barco que logró atravesar esas rocas y desde entonces permanecieron ya fijas e inmóviles.

La expedición se internó en el Mar Negro y llegó al país de los mariandinos, donde fueron bien acogidos por el rey Lico ya que le habían llegado las noticias de que ellos habían matado a Ámico, que había sido enemigo suyo. En este lugar murieron Idmón, embestido por un jabalí​ y Tifis, de una enfermedad. Lico hizo que su propio hijo Dáscilo hiciera de guía y acompañara a la expedición para que llegara a la Cólquide sin problemas. En cuanto al pilotaje de la nave, fue Anceo el que sustituyó a Tifis.

A continuación siguieron navegando por la zona litoral del norte de Asia Menor y pasaron junto a Sésamo, los altos Eritinos, Crobíalos, Cromna, Citoro, el cabo Carambis y la desembocadura del río Halis, donde se unieron a las expedición Deileón, Autólico y Flogio, que habían acompañado a Heracles en una expedición contra las amazonas. Siguieron navegando junto a la tierra de las amazonas, la de los cálibes, la de los tibarenos y la de los mosinecos hasta la llamada isla de Ares, donde fueron atacados por pájaros, a los que lograron ahuyentar gritando y entrechocando los escudos. Allí se encontraron con los hijos de Frixo (Argos, Citisoro, Frontis y Melas), que desde la Cólquide habían emprendido una navegación hacia Orcómeno para reclamar la herencia de su abuelo Atamante, pero que habían naufragado y también se unieron a la expedición.

Desde allí pasaron junto a la isla de Fílira y los países de los macrones, los bequiros, los sapires, y los biceres, a continuación avistaron las cimas del Cáucaso y por fin la Cólquide. Tras llegar a la desembocadura del río Fasis, penetraron en la corriente del río y lo remontaron hasta Ea, la ciudad donde Eetes tenía su palacio.

Obtención del Vellocino[]

En cuanto llegaron a la Cólquida, Jasón anunció a su rey Eetes su propósito de obtener el vellocino de oro. El rey prometió que le dejaría marchar con él si antes conseguía uncir a dos toros de pezuñas de bronce y que respiraban fuego, arar un campo con ellos, sembrar sobre los surcos unos dientes de drakón y luego vencer al Dragón insimne que permanecía al pie del árbol donde se hallaba el vellocino. Medea, la hija del rey Eetes, que era hechicera, se enamoró apasionadamente de Jasón, por obra de Afrodita y Eros. Por ello, y tras la intermediación de su hermana Calcíope, le ayudó a llevar a buen término su hazaña —previo compromiso de Jasón de llevarla consigo a Yolco—, poniendo en práctica su hechicería.

Medea le dio a Jasón un aceite de propiedades mágicas para que se ungiera con él y no le hicieran daño los toros monstruosos. Tras haber conseguido uncir a los toros, lanzó los dientes sobre los surcos hechos en la tierra. De ellos brotaron cientos de hombres armados, llamados Espartos, que se lanzaron contra el héroe, pero este, siguiendo las instrucciones de Medea, arrojó una piedra entre ellos y los ejércitos se enfrentaron entre sí. Luego, Medea provocó un terrible sueño a la serpiente, Jasón se apoderó de la preciada piel y huyó con el resto de Argonautas y con Medea en su embarcación, ya que Eetes se proponía incendiar el barco y matar a los Argonautas.

Egialeo, hermano de Medea, fue enviado por Eetes al mando de un grupo de colcos armados en persecución de los Argonautas. Los Argonautas habían emprendido el viaje de regreso por la misma ruta por la que habían ido, pero después de que Medea realizase ofrendas rituales a Hécate en la desembocadura del río Halis, en territorio de los paflagones, cambiaron a una ruta alternativa en la que no tenían que atravesar de nuevo las Simplégades, sino que se dirigieron hasta la desembocadura del río Istro, para luego remontarlo. Los alcanzó en el Mar Adriático, en la corte de Alcínoo en Istria. Allí Alcínoo se ofreció como juez y dijo en secreto a su esposa Arete que decidiría entregar a Medea de vuelta con los colcos si era virgen pero en caso contrario se la daría a Jasón. Arete informó a Jasón de ello y la noche anterior al juicio desvirgó a Medea, por lo que al día siguiente, fue entregada a su esposo. Los colcos pidieron ser acogidos para no sufrir la ira de Eetes. Egialeo no se conformó y continuó persiguiendo a los Argonautas hasta una isla en la que Jasón estaba realizando sacrificios y fue donde Jasón lo mató.

Viaje de Regreso[]

Después de llegar al Adriático tras remontar el Istro y de que se produjera la muerte de Egialeo, los Argonautas se dirigieron durante un tiempo hacia el sur pero borrascas contrarias los llevaron a la isla de Electris y luego remontaron el curso del río Erídanos y a continuación bajaron por el río Ródano hasta el mar.

Los Argonautas se dirigieron a la isla de Eea, donde vivía Circe, que purificó a Jasón y Medea del asesinato. Después pasaron por el lugar donde moraban las Sirenas, que atrajeron al Argo con sus cantos, pero gracias a la música de Orfeo pudieron escapar de su hechizo, con excepción de Butes, que se arrojó al agua. A continuación llegaron al paso de Escila y Caribdis, que superaron gracias a la ayuda de la diosa Tetis y sus compañeras Nereidas, que se pasaban por el aire la nave las unas a las otras como si estuvieran jugando a la pelota.

Después de superar estos peligros, tras pasar junto a la pradera de Trinacia, donde vivían las vacas de Helios, los Argonautas dejaron el golfo de Ambracia y las islas Equínades, pero allí una borrasca los empujó hacia el sur, hasta el golfo de la Sirte y fueron a parar a Libia, donde la marea los empujó hasta muy adentro de la costa, en una zona desértica. Los Argonautas sufrieron allí grandes penalidades, incluyendo que tuvieron que arrastrar al Argo por tierra durante doce días, hasta el lago Tritón. Canto murió al tratar de robar el ganado a Cefauro, un pastor. Solo pudieron navegar de nuevo en el mar cuando Jasón ofreció un trípode de Apolo a las divinidades del lugar, que recogió Tritón, quien hizo llegar al Argo hasta el mar.

Al navegar hasta Creta sufrieron el ataque del gigante Talos, que les impedía desembarcar hasta que Peante le lanzó una flecha en el tobillo y Medea lo hechizó para que perdiese todo su icor y muriera. Los Argonautas pudieron desembarcar en Creta.

Tras continuar su ruta, les sorprendió una gran tempestad pero fueron ayudados por Apolo, que disparó flechas que hicieron emerger la isla de Ánafe, donde los Argonautas erigieron un altar al dios y le rindieron sacrificios. Finalmente, tras abastecerse de agua en Egina y navegar por la zona costera del Ática, Áulide, Eubea y Opunte, llegaron de nuevo al puerto de Págasas. El viaje había durado en total unos cuatro meses. En Yolco, Jasón entregó el vellocino a Pelias y tramó su muerte con ayuda de Medea. Ella convenció a las hijas de Pelias de que podría devolver la juventud a su padre si lo partieran en trozos y lo cocieran. Así lo hicieron y provocaron la muerte del rey. Después, Acasto, hijo de Pelias, expulsó a Jasón y a Medea de Yolco. Ellos se establecieron en Corinto. En honor a Pelias, se celebraron unos juegos fúnebres en los que tomaron parte los Argonautas.

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